¡Y aquí vamos de nuevo! Parece que en el mundo de las prisiones ecuatorianas, el cambio de guardia entre las Fuerzas Armadas y el SINAI fue apenas el intermedio de una obra que promete más giros que una novela de misterio.
En un episodio que podría titularse "Los
Destornilladores del Descontento", un guía penitenciario decidió que era
una buena idea llevar su kit de "herramientas" al trabajo,
escondiendo nada más y nada menos que dos destornilladores tipo puñal en sus
botas. ¿El detalle artístico? Los escondió en la parte del talón, porque,
claro, ¿dónde más guardarías tus destornilladores si no es en los zapatos?
El momento cumbre de esta trama se da cuando un agente
de las Fuerzas Armadas, en una escena digna de un thriller de espionaje,
descubre el ingenioso escondite durante el cacheo. Uno puede casi oír la música
de suspenso mientras el militar saca las armas blancas de los zapatos,
revelando el giro inesperado que nadie vio venir.
Este episodio no solo deja al descubierto la
creatividad de algunos para burlar la seguridad, sino que también subraya el
desafío constante que enfrentan las autoridades para mantener el orden en las
prisiones. Es como si el guion de "Cómo no introducir contrabando en una
prisión" tuviera un capítulo extra cada semana, cada uno con ideas más
innovadoras que la anterior.
Mientras tanto, el público no puede hacer más que mirar, entre horrorizado y fascinado, preguntándose qué sorpresas nos deparará el próximo capítulo en esta interminable serie de aventuras y desventuras en el sistema penitenciario ecuatoriano. ¡Qué siga la función! (O)
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