¡Ah, la ironía del destino! Ecuador, conocido por sus playas y su exquisito camarón, ahora enfrenta una crisis sin igual en su industria camaronera. Parece que la abundancia de camarones no siempre es una buena noticia.
Resulta que los precios internacionales del camarón
están en picada, y la oferta es tan grande que ni los propios camarones se lo
creen. ¡Imagínense, los camarones están nadando en una sobreoferta! Y como si
fuera poco, la Federación Ecuatoriana de Acuicultores (FEDAC) está sonando las
alarmas, advirtiendo sobre una crisis que podría llevar al cierre de granjas y
empresas.
¡Pero no todo está perdido! FEDAC tiene un plan
maestro: exigir al gobierno que ponga orden en el otorgamiento de permisos para
nuevas camaroneras y que revise las licencias existentes. ¿La meta? Detener la
degradación de los ecosistemas. Porque, claro, no queremos que nuestros
queridos camarones se queden sin casa, ¿verdad?
En fin, parece que en el maravilloso mundo de la
acuicultura, hasta el camarón más pequeño puede causar una gran crisis. ¡Qué
tiempos para ser un crustáceo en Ecuador! (O)
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