domingo, 16 de abril de 2017

LA TUMBA NO ES EL FINAL



¡Aleluya, JESÚS ha resucitado! Contrariamente para los escépticos que creían que la muerte de Jesús quizás todo había terminado, el Mesías obtuvo la victoria sobre el pecado. Trajo perdón, pero, además, nos hizo justos delante del Padre celestial.

Un momento memorable que jamás podemos ni olvidar ni desconocer en nuestra vida porque nada nos ata al pecado, y por el contrario, nos permite avanzar en la certeza de que estamos llamados a vencer. ¡Cristo venció y nos hizo victoriosos!

El apóstol Pablo resalta este hecho trascendental de la victoria de JESÚS sobre la muerte.

“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (1 Corintios: 55-57)



                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario