miércoles, 25 de septiembre de 2024

El Tren de Aragua: Expansión Transnacional del Grupo Delictivo Venezolano en Latinoamérica y EE. UU.

Un miembro del Tren de Aragua, alias 'Gocho', detenido en Colombia. 

En los últimos años, el "Tren de Aragua", una de las organizaciones criminales más peligrosas de Venezuela, ha expandido su red de actividades ilícitas más allá de las fronteras de su país natal. Nacido en las cárceles venezolanas, este grupo ha logrado establecer su presencia en varios países de América Latina, incluyendo Colombia, Perú, Chile, y recientemente, Estados Unidos. Su crecimiento y expansión reflejan no solo el deterioro de las instituciones de seguridad en Venezuela, sino también el auge del crimen organizado transnacional en la región.

Orígenes y Ascenso del Tren de Aragua

El "Tren de Aragua" se originó en el estado venezolano de Aragua, una región marcada por altos niveles de criminalidad y violencia. Inicialmente, el grupo operaba dentro de las cárceles bajo el liderazgo de su presunto fundador, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias "Niño Guerrero", quien coordinaba extorsiones, secuestros y tráfico de drogas desde los centros penitenciarios. Con el tiempo, la organización logró expandirse fuera de las cárceles, beneficiándose de la crisis económica y social que afectaba al país.

El grupo se consolidó como una poderosa red criminal que domina tanto actividades ilegales como extorsiones a empresas y tráfico de personas, entre otros delitos. En Venezuela, el Tren de Aragua se ha convertido en un actor clave en la economía ilícita del país, ocupando territorios con debilidad estatal y controlando rutas de contrabando.

Expansión Regional

La expansión internacional del Tren de Aragua comenzó con la diáspora venezolana, que alcanzó niveles sin precedentes en los últimos años debido a la crisis económica y política. El grupo criminal aprovechó el flujo migratorio para infiltrarse en otros países de la región. Países como Colombia, Perú, Brasil y Chile se han visto particularmente afectados por la presencia de este grupo, que ha exportado sus métodos violentos a comunidades de migrantes venezolanos y locales.

En Perú, por ejemplo, las autoridades han identificado a miembros del Tren de Aragua operando en actividades de tráfico de personas y extorsión en las zonas fronterizas y en ciudades como Lima. En Chile, el grupo ha protagonizado violentos enfrentamientos con otras bandas delictivas, exacerbando la inseguridad en áreas como Antofagasta e Iquique, al norte del país.

El Tren de Aragua en Estados Unidos

El hecho más preocupante de la expansión del Tren de Aragua es su incursión en los Estados Unidos. Aunque aún no ha alcanzado la misma notoriedad que en otros países latinoamericanos, las autoridades estadounidenses ya han identificado a células vinculadas a esta organización operando en algunas ciudades, en especial en estados con importantes comunidades de migrantes venezolanos.

Se teme que el Tren de Aragua esté utilizando las mismas tácticas de extorsión, tráfico de drogas y trata de personas que emplea en América Latina. La entrada del grupo en el territorio estadounidense plantea serios desafíos a las fuerzas de seguridad, ya que involucra la cooperación entre agencias locales e internacionales para desmantelar estas redes. Además, destaca la vulnerabilidad de las comunidades migrantes que pueden estar expuestas a la violencia y explotación de este tipo de grupos.

Desafíos para la Seguridad Regional

El crecimiento del Tren de Aragua es solo una muestra de la mayor complejidad del crimen organizado en América Latina. La falta de control estatal en varias regiones, combinada con la debilidad institucional en Venezuela, ha permitido que grupos como este proliferen. La expansión del Tren de Aragua en otros países refleja la creciente transnacionalización del crimen en la región, en un contexto donde las fronteras se vuelven cada vez más porosas para las organizaciones criminales.

Los gobiernos de América Latina han comenzado a coordinar esfuerzos para enfrentar la amenaza que representa este grupo. Sin embargo, la lucha contra el Tren de Aragua es complicada, ya que requiere tanto un enfoque de seguridad como políticas que aborden las causas subyacentes de la migración y la criminalidad, como la pobreza, la falta de oportunidades y la debilidad del sistema judicial.